Una reivindicación de contacto humano, físico.
La posibilidad de encontrar una nueva vía de expresión, un modo de alejarse de la normalidad que no satisface y, ante todo, la ocasión de intensificar nuestras vivencias personales encontrando un núcleo gratificante de afectividad.
Un cobijo emotivo. Un espacio donde tener tu propia expresividad, para sentir la cohesión con los otros, para encontrar apoyo emocional y para compartir experiencias y actitudes.
Una ocasión para la evasión de un mundo frío y tecnológico que ha hecho de la distancia y el aislamiento su propia naturaleza.
Un cobijo emotivo. Un espacio donde tener tu propia expresividad, para sentir la cohesión con los otros, para encontrar apoyo emocional y para compartir experiencias y actitudes.
Una ocasión para la evasión de un mundo frío y tecnológico que ha hecho de la distancia y el aislamiento su propia naturaleza.
Natividad Martín Fernández